EL MUEBLE EN EL RENACIMIENTO
El estilo renacentista nace en Italia, en Florencia, principalmente, en Roma y Venecia.
“Al Renacimiento se entra por la puerta del baptisterio de Florencia. Esta puerta, cincelada por Miguel Ángel, encierra dos verdades: el Renacimiento nace en Florencia y los artistas trabajan en los muebles”.
La influencia de los artistas de la época se dejará notar tanto
en la decoración de muebles majestuosos como en los modelos más tradicionales
(camas, arcones y armarios con columnas, zócalos, espejuelos incrustados,
relieves, molduras…). La técnica de la pastiglia – técnica decorativa en
relieve a base de yeso y cola-, la taracea (o intarsia) y la talla experimentan un gran impulso. Esta última será
utilizada para crear escenas figurativas y elementos decorativos como columnas,
pilastras, balaustradas y molduras. A partir del siglo XVI la talla se
convirtió en la forma decorativa más apreciada.
La madera más utilizada durante los siglos XV y XVI
para los muebles de calidad será el nogal. Los muebles suelen rematarse con
unos sólidos pies que representan las garras del león, un símbolo de fuerza.
El modelo estilístico del Renacimiento no influirá en
el mobiliario inglés hasta la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo, la
utilización del torno y la talla, permitirán al mobiliario isabelino definirse
como un estilo propiamente dicho. Tampoco faltará en sus muebles la decoración
de taracea. En las sillas con brazos, los respaldos estarán decorados con
bajorrelieves que reproducen escudos nobiliarios y figuras heráldicas. Las
maderas más utilizadas son el olmo, fresno, nogal y encina.
Durante el reinado de Isabel I, la comodidad cedió
ante el lujo, recargado en ocasiones, y se difundió el uso de los muebles
tapizados. Las mesas con tablero de mármol, por ejemplo, fueron una novedad muy
apreciada, pero también surge la moda de encargar juegos completos de
mobiliario con el mismo material. La propia reina, cuentan los historiadores,
encargó “un conjunto de 19 sillas, 6
taburetes altos, 24 escabeles cuadrados y 11 escañuelos tapizados”.
El mobiliario y los modos decorativos italianos
influyeron notablemente en Francia y en España, si bien en este caso la
influencia fue recíproca bajo los Habsburgo (tras la batalla de Pavía, 1525).
Por esta época, ya en Italia los muebles no se trasladaban de una residencia a
otra, sino que tenían un emplazamiento fijo, una costumbre que todavía tardaría
en ser copiada.
En Francia, el interés por la decoración de talla,
llevó a los artesanos y mueblistas galos a sustituir la madera de roble por la
de nogal (a partir del año 1530), para conseguir un trabajo más delicado.
Durante el Renacimiento francés destacaron los muebles del estilo Luis XIII,
los escritorios, las arcas, cabezales de las camas o camas con dosel, y las
mesas extensible.
España, por su parte, se mostró más reacia a las ideas
renacentistas que llegaban desde Italia. Aferrados a muchas de sus ideas,
mantuvieron, por ejemplo, la costumbre de sentarse en cojines sobre el piso
(clara referencia musulmana), en lugar de utilizar las sillas. Influencia que
también pervive en la decoración del mobiliario, con taraceas de hueso, marfil,
ébano y madera de boj, de formas geométricas. El mueble español, además, tendía
a ser macizo y poco refinado. Con frecuencia se empleaba el cuero (por ejemplo,
en el denominado sillón frailero) y las charnelas y abrazaderas de hierro en
las mesas plegables.
En la España del siglo XVI, el mueble más
representativo, y pieza clave de la historia del mueble en nuestro país, es el
bargueño -debe su nombre a que se empezó a construir en el pueblo de Bargas
(Toledo)-, constituido por un arca sobre un elemento de apoyo, con una tapa
abatible. Permite guardar objetos y utilizar su superficie para escribir. Es el
antecesor del secrétaire o abattant francés del siglo XVIII.
El bargueño más común, según recogen algunos
historiadores, era el de taracea, incrustación de materiales, pero también los
había constituidos por cajoncillos y los más renacentistas, con cajones y
puertas con motivos ornamentales de fachadas de edificios.Los alemanes imitaron
el bargueño con la arquemisa. Otro de los muebles singulares de esta época en
España será el sillón frailero, también conocido como sillón de caderas,
formado por maderas curvadas que se unen a media madera en un círculo central.
Muebles del Renacimiento
Muebles del Renacimiento Español
El cofre: Es de madera tallada, muchas veces revestido de cuero tachonado o incrustado con hueso. Las cerraduras sirven como adorno al ser muy grandes. Están fuertemente influenciados por los árabes e italianos.
El bargueño:
resulta un arca
de dimensiones adecuadas para ser colocada sobre una mesa o
cómoda. El
frente es una tapa abatible muy simple que contrasta con el interior
refinado, formado por una serie de casillas con sus respectivas gavetas
y puertas finamente tallados y adornados con piezas de diferentes
colores. Se usa el oro y el marfil.

Muebles del Renacimiento Ingés
La refectory table: en una
mesa larga y robusta destinada a muchos comensales. El nombre se
relaciona en Inglés al refectory,
que es el lugar donde comían lo monjes en los antiguos monasterios
(comedores). El nombre en Inglés ha trascendido hasta hoy para nombrar
a las mesas largas, y se refiere también a las mesas que se ubican en
lugares donde come mucha gente, como en los comedores de estudiantes.

El sideboard: con una forma
equilibrada y arquitectónica, tiene un gran efecto decorativo.
Para
esta época, el sideboard estaba constituido por dos tablas
puestas una
sobre la otra y separadas por columnas en forma de botella muy bien
esculpidas.
Muebles del Renacimiento Francés
La caquetoire: es una silla
de
dimensiones menores construida buscando mas comodidad ya que el
respaldo está inclinado hacia atrás. El asiento tiene
forma
semicircular o trapezoidal.

El buffet: era una pieza muy
común y se utilizaba con abundancia, se fabricaba con principios
arquitectónicos y remata en un frontón. El cuerpo de
arriba estaba algo
retirado hacia atrás y resultaba mas pequeño que el
inferior. Las
puertas se decoraran con bustos salientes.
Muebles del Renacimiento Italiano
El cabinet:
es un nuevo
mueble
que se utiliza para guardar objetos preciosos y joyas. Su parte
superior consta de varias gavetas o cajones pequeños,
disimulados con
una tapa abatible y descansa sobre una parte inferior de dos puertas.

La sedia o silla de tijera: con forma de X
plegable,
formada por dos arcos opuestos y donde el asiento y el espaldar estaban
formados por una cinta de cuero ancha.

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